27.12.12

Ya es verano

Festejemos este acontecimiento con un poco de cumbia.

Los Parraleños, "Acedecé"

22.12.12

Nubosidad variable con probabilidad de sismos por la tarde

He de confesar que mi puntualidad deja muchísimo que desear. Me es más que imposible llegar a horario, ni que hablar de llegar temprano a una clase de yoga. Pero ese día, el milagro ocurrió, y para cuando entré al salón dispuesta a adueñarme de una colchoneta durante una hora y media, había la enormidad de tres sitios libres esperando por mí.
Estaba pronta a instalarme en uno de los lugares, cuando la profesora (el nombre correcto sería instructora, pero me parece muy impersonal) me hizo moverme, porque desde ahí la pateaba cuando hacía los estiramientos. Me fui hacia otro lugar libre.
"No, ahí no te pongas"
Mirada a la instructora solicitando traducción de la instrucción.
"Porque si no L. queda abajo de la viga"
Mirada a la instructora solicitando explicación racional a la estupidez más descabellada oída en bastante tiempo.
"Es que le da miedo, porque dice que si hay un terremoto se le va a caer encima"
Mirada atónita a la instructora.
Agarré mi sábana y enfilé para el único lugar factible de ser ocupado mientras me reía descaradamente en la cara de mi instructora. Pobre. Muy ofendida me preguntó a cuento de qué venían las carcajadas. Y bueno, no le contesté. No se me ocurrió una manera didáctica de explicarle que Buenos Aires no es zona sísmica porque está muy lejos de las fronteras de la placa sudamericana, y que en caso de terremoto el lugar más seguro es a cubierto, abajo de una viga. 
Ay, esta L...

17.12.12

"Yo peleé contra la ley" y traduje esto, y le hice arreglos, y la canté con voz blandita, y dije que hacía un homenaje, y tuve la osadía de permitir que alguien en su sano juicio lo subiera a Yout*be

Llegué a esta gema en la corona de las canciones traducidas buscando... no sé bien qué. Pero siempre que uno busca no encuentra, y cuando tira la toalla aparece lo mejor. Así encontré a un profesor mío vestido de boy scout (de veritas, con short y bandana identificatoria) y esta versión en español de "I fought the law", en clave ibérica y apta para todo público. Escuchad, aunque si vosotros, no iniciados, apreciáis la salud de vuestros tímpanos, tal vez no sería conveniente que diérais play al siguiente video.


Acá, la versión de The Clash en vivo. Y acá, la original de Bobby Fuller.

Pido disculpas si The Clash es un tema recurrente en esta sección, pero realmente me encantan y detesto aún más las versiones en español si el ataque se perpetra contra una de sus canciones.

12.12.12

Smart phones, dumb users

Estaba un día, en uno de mis (no tan) frecuentes divagares por la webósfera, escuchando canciones que por pudor no tengo en mi reproductor, cuando en la página de videos más concurrida de la internés salta (literalmente, pues es pop-up, que como ustedes saben, mis distinguidos y cultos lectores, es algo así como "saltar", "emerger sorpresivamente", o algún sinónimo adecuado) una publicidad de una conocida cadena de electrodomésticos. Muy adorable, por cierto. La publicidad, no la cadena.
En fin, estaba mi ser disfrutando de esas imágenes bucólicas, estilo alpino-decadente-paz y amor, cuando irrumpió la voz del narrador. Muy masculina, por cierto. El hombre de cuya garganta salían tan melodiosos sonidos me informó de la existencia de unos seres de cuya existencia no estaba informada, que aparentemente responderían al nombre de "rústicos". Estos seres en cuestión renegaban de cualquier adelanto tecnológico, viviendo en una especie de comunidad hippie con chiches electrónicos que dejaron de ser chiches en los años 70, para pasar a ser más bien objetos de interés museológico que podrían encontrarse en la casa de nuestras abuelas. El locutor de voz aterciopelada procedía a enumerar las "virtudes" de semejante colectivo, en un tono mordaz muy interesante, para luego finalizar con un llamado a la iluminación: si querés dejar de ser rústico, andá a la citada cadena de electrodomésticos, que tenés todos los chiches de esta época, y vas a ser así como super moderno y cool, y vas a estar en la cresta de la ola. O mejor aún, vas a ser la ola.
Hasta aquí, el escenario. Estoy perfectamente de acuerdo con las intenciones de venta que subyacen en el anuncio, pero me pregunto, ¿hasta qué punto la vida "rústica", entendiendo por tal al concepto plasmado en el anuncio, tiene tantas desventajas? Vamos, que según como lo pintan, el índice de ansiedad en ese San Marcos Sierra publicitario es realmente bajo. La gente espera tranquila, no tiene manías controladoras, se vale de sí misma para el levante y no necesita hurgar en el feisbuc... No sé, no veo mal el paisaje, a menos que seas psicólogo, o psiquiatra. No parecen necesitarlos ahí.
Aquí es donde entra el remanido argumento de "sí, y escribís esto desde una netbook, mientras escuchás música." ¿Contradicción? Nunca dije ser rústica. Pero una vez que decidís no ser rústico, ¿de verdad es necesario disponer de una cantidad obscena de aplicaciones que te organicen la vida? Literalmente, las hay para todo, pero vamos hombre, que tampoco es tan difícil pararte frente a la heladera y sacar de la galera una cena. Está bien, no será una comida de tres manteles, pero para mis gustos sencillos de entre semana, sobra. O realmente, no me hace falta que un teléfono inteligente me diga cuántas calorías quemo por ir caminando las siete cuadras que me separan de la estación de tren. O como combinar mi remera naranja furioso con un pantalón acorde. OK, tampoco tengo tanta ropa, pero dale, un poco de esfuerzo propio es lo que se pide. Porque el día que colapse el sistema, no quiero sentirme alienada.
Porque quiero sentir que tengo el control de una mínima parte de mi vida.
Porque poder decidir qué comer, cómo entrenarme y qué ponerme dependa exclusivamente de mí.
Porque no quiero que mi teléfono sea más inteligente que yo.

Aquí, la publicidad.

7.12.12

Yerba mala nunca muere

Hace mucho tiempo, inauguré en el blog la sección Old School yogins, y ahí se quedó, muerta de risa. O cagándose de angustia, como ustedes prefieran. Porque, como suele suceder, basta con que decidas hacer algo aprovechando un cierto hecho típico, para que este desaparezca y se vuelva atípico. Así pasó con mis viejas de yoga: de un día para otro se volvieron razonablemente cultas, razonablemente abiertas al cambio y filtraban razonablemente bien las incoherencias que manaban de su anquilosado cerebro y luchaban por ver la luz.
Tristemente, las viejas y yo ya no frecuentamos el mismo turno... pero encontré una reemplazante de primerísimo primer nivel. Le agradezco de todo corazón haberme proporcionado los medios para mantener viva esta humilde sección. Gracias, L.

2.12.12

¡Primavera!

Porque en este blog somos así de rebeldes, declaramos que comenzó la primavera. Porque sí, porque se nos voló la peluca... ¡y porque tenemos flores en el cantero! Y como realmente duran muy poco y me arrepentí el año pasado de no haberles sacado fotos, hoy les dedico sus cinco minutos de fama.

Rulo I.

Rulo I. The beginning

Sofía (mi orégano)

Darío

Darío en todo su esplendor posando para mi cámara.

28.11.12

Petisos reloaded

He notado que mucha gente llega acá a través de Google buscando cosas como estas

Mitos sobre petisas
Frases para petisos
Ser petiso

Y bueno, encuentran cosas como estas. Por si la información en ese post no les sirve, les puedo contar un poco sobre el primer y tercer apartado de la lista. Me limito a esos dos, porque el segundo me parece de mal gusto: las frases para petisos son las mismas que para el resto de los mortales. ¿O acaso esperás recibir trato especial por señalar lo que es obvio? No, y además no me gusta que me recuerden que soy Tarzán a escala maceta. Paso. Gracias.
En cuanto a mitos sobre petisas, haciendo una investigación en la biblioteca de Babel moderna un poco más concienzuda que la del gil que llegó acá en busca de resultados, he llegado a la conclusión de que aparentemente, una mujer petisa debe cumplir ciertos requisitos relativos a su deseo sexual y habilidades en el ring.Y bueno flaco/a, si le vas a andar dando bola a Google en esto para después ir y elegir tu hueso de esta noche, en mi opinión no la vas a mojar jamás. Digo. Y no paso el metro sesenta, soy una autoridad en este tema.
Y ser petiso es igual a ser alto, con la diferencia de que no tengo que agacharme salvo en muy raras ocasiones, puedo usar zapatos eternamente altos sin miedo a dejar petiso a mi novio, y les huelo el sudor a todos en los recitales. Bueno, no todo son rosas (¡humor fácil!).
Sí, es un post pedorro, pero me debía a estos giles que buscan semejantes pavadas en Google.

24.11.12

Vieja

Disclaimer: tengo 22 años. Considerar el concepto de vejez de una manera puramente figurada.

Hay momentos en los que los años te caen encima como un tsunami. Literal, y figuradamente. Literal, la última vez que le solicité un milagro al estilista de cabellos (nótese la diferencia con "peluquero") de mi cuadra, y terminé igual que mi madre. Que si bien es una mujer de gran prestancia, tiene treinta años más que yo. Y digo "de mi cuadra" y no "de mi barrio", porque en mi barrio hay un salón de belleza por cuadra.
Y figuradamente, la última vez que fui a bailar a un lugar fácilmente calificable, distinguible por las masas y habilitado por el gobierno de la ciudad para ese fin, como boliche. Era un cumpleaños de un compañero de la facultad que me resulta sumamente agradable, por lo que decidí que su persona ameritaba un esfuerzo de mi parte. Así las cosas, descolgué de mi armario la personalidad que llevo cuando salgo por las noches de cachengue, la combiné con maquillaje, atuendo y peinado al tono, y allá partí.
Luego de un rato de colectivo lleno de gente que también se iba de cachengue, llego a ese lugar inminentemente infame, y al instante me empiezan a agarrar ataques de adolescencia malos. Porque la adolescencia es como el colesterol: la hay buena, la del descubrimiento del universo nocturno, fauna masculina, alcohol, amigos y porros. Y también la hay mala: la del descubrimiento del universo nocturno, fauna masculina, alcohol, amigos y porros. Espero que sepan apreciar el delicado matiz que las separa. En fin, como decía, estaba retorciéndome interiormente producto de la remembranza, cuando llego al lugar y se me informa que, faltando cinco minutos para el límite de entradas gratis (3 AM), "ya cerramos las listas, chicas", y había que pagar. Adiós a mis magros dineros destinados al alcohol.
No conformes con expoliar mi billetera, entro y me encuentro con una marejada de gente sudada que se movía frenéticamente. Y digo marejada porque iba y venía, dejando algún resabio en forma de borracho en galán mode on, que aparentemente leía en mi cara algo parecido a una necesidad de compañía, y evidentemente este ser se sentía capacitado para proveerme con la misma. Y nada, yo tengo algunos problemitas, uno de ellos es que me molesta que invadan mi espacio vital*. Me molestan profundamente los rituales de levante, todos ellos, en cualquier momento o lugar, pero especialmente me fastidian si una mitad está algo... desinhibida.
Para ese entonces, ya la personalidad de cachengue había vuelto al placard, y la de todos los días había tomado su lugar. Una horrorosa música de cumpleaños de quince sonaba de fondo. Recital de Damas Gratis, mujeres entaconadas sin control sobre sus prótesis, y unos cuantos pisotones después, sobria por obligación, hastiada, aburrida de los señores cuyo interés por mí exhalaba un tufillo... digamos, etílico, decidí que era hora de volverse a dormir. Y nada, esas cosas de la vida, recuerdo que a los diecisiete esto tampoco me gustaba, pero tenía que tolerarlo para así encontrar mi lugar en ese sistema de castas rígidas que es el secundario. Y ahí no tenía escapatoria. Y mientras pensaba que más me valía haberme quedado en casa mirando un bodrio romántico hollywoodense en TV por cable, o perdiendo el tiempo en la internés, o molestando a quienquiera que estuviera delante, me alegré de ser una vieja.

*Sé que el argumento es de corte hitleriano, pero deben recordar que el lo usó para invadir Polonia. Evidentemente, él tenía poco espacio vital. A mí con el que me asignaron me alcanza.

20.8.12

Pornográficas infancias noventosas

Haceme hablar, haceme caminar
Hacé lo que sea que te apetezca
Puedo actuar como una estrella
Puedo rogarte de rodillas

En estos tiempos que corren, una vez llegado algo parecido a la adultez, más de uno podrá encontrarle otro sentido a la estrofa de más arriba. Pero en la década del '90, todos la bailábamos alegremente. O si no, mírense el video.


Kiss me here, touch me there, hanky-panky

7.8.12

Canejo

Porque de todos los días habidos y por haber, justo ayer a las seis de la tarde se les vino a ocurrir empezar las clases.

Vamos muchachos

7.7.12

Este blog huele a falta de ventilación

Debería escribir algo, pero las ideas no se me caen ni aunque me pase horas haciendo la vertical.
En compensación, estuve leyendo mucho.
"¿Y a mí que me importa?", se preguntarán.
Nada, les cuento.

20.6.12

¡Mozo! ¡Marche una porción de anarquía para la mesa 4!

Como otras veces, hoy en este pasquín familiar vamos a denostar a grupos musicales que versionan a otros grupos musicales en idiomas no originales. Lo de hoy es realmente una joya. Primero, porque es una gran canción. Segundo, porque la original es de una gran banda, piedra fundacional del punk británico de los años '70. Y por último, porque los muchachos aparentemente perdieron el norte (literalmente) mientras la traducían. Si no, fíjense bien en dónde quieren que haya anarquía...


La original, acá.

13.6.12

about: blank

La inmensidad, el vacío, la nada más absoluta.
Me aterra.
Es el temor, el nudo en el estómago. Es como asomarme a un precipicio. Yo sé que puedo hacerlo, lo hice innumerables veces, salgo relativamente airosa cada vez que lo intento, pero igual me invade el pánico. Me siento en esas noches del desierto otra vez, donde no puedo identificar sonidos, no hay luz fuera de la nuestra, sólo el viento seco cortándome la cara y ramalazos de terror a lo desconocido.
Es una película de terror barata y predecible, pero es película de terror. Nadie comprende lo que siento, y es inútil tratar de explicarlo. No lo entenderían, se reirían, me ridiculizarían.
Entonces me callo.
Y tengo miedo.
Y me hago pequeña.
Y espero. Espero a que salga el sol, a que alguien haga un ruido remotamente humano que me saque de mi limbo, a que se haga la luz en mi rincón de universo. A que se haga la luz en mi cerebro. Que mis dedos empiecen a fluir libremente, al ritmo de mis pensamientos, en el teclado. A que la tan temida página en blanco se empiece a poblar de caracteres bailarines, en una danza desenfrenada que durará hasta el punto final.

Iba a escribir otra cosa y salió esto. ¿Pánico escénico?

10.6.12

No sé si aprecian...

... que estoy haciendo un supremo esfuerzo por actualizar relativamente seguido. Es que leí por ahí que esto de escribir sandeces se da mejor cuando lo practicás, y como tengo parciales kilométricos que llenar, mejor que me vaya entrenando. Digo. Después les cuento si resulta.

6.6.12

¿Qué pasa si en tu reproductor de música portátil conviven pacíficamente Gogol Bordello, Lily Allen y Los Coholins?


Golem, "Odessa"

La pregunta es en sí misma trivial para los no iniciados. Pero a esta altura del partido, ya sabemos que lo trivial es lo que verdaderamente nos complica la existencia, y si nos paramos a mirar, nos damos cuenta que la respuesta varía drásticamente, de acuerdo a quién le estemos preguntando. Y como no tengo voluntarios dispuestos a contestar mis preguntas estúpidas cada vez que me sale del quinto forro de... Bueno, de algún quinto forro, no me queda otra que hallar las respuestas por introspección. Veamos.

Florci a los 13: La respuesta es cauta, no se convence de las bondades del método, aunque admite que puede resultar. Sería algo así como: "No sé, pero me parece que esas tres cosas... Como que no pegan mucho entre sí. Es raro, pero bueno, si son felices y a ellos les gusta...".
Florci a los 15: En plena etapa de absorción de conocimientos musicales, acepta la convivencia de distintos estilos en su mp3, pero bajo el rótulo de transitoria, hasta que los "nuevos conocimientos" se asienten.
Florci a los 16: Con su nuevo oído musical flamantemente desarrollado y sus nuevos conocimientos adquiridos y en constante ebullición, rechaza la convivencia de dichos estilos, aduciendo que es una práctica incoherente. Formulando la respuesta en el lenguaje de la teen, obtendríamos algo como "¡Horror! (O expresión similar) ¡Incoherencia! (O concepto cercano) Eso es típico de gente que escucha Radio Disney y no filtra lo que le gusta y lo que no". Bardera al pedo, la pendeja.
Florci a los 19: Empieza a entender que la mezcla no es incoherencia, y se anima a alborotarse.
Florci a los 21: Ha perdido toda "coherencia musical" y escucha lo que le viene en gana. Y no le interesa lo que opine la gente, porque además es poco generosa y no le presta el mp3 a nadie.

El punto de este rosario de estupideces es el siguiente: recuerdo que a los 16, la música era un criterio realmente rígido para elegir amigos, y expulsivo a la hora de mantenerlos*. Y esto no era exclusivo de mi grupo de amigos, sino que era común a todos mis compañeros de colegio. Independientemente del resto de tu personalidad, si no escuchabas Ramones no podías juntarte con nosotras. No conformes con clasificar rígidamente a los seres humanos de acuerdo con su gusto musical, además los tachábamos de "incultos" si no conocían las bandas a las que adorábamos, sin pensar en que nosotras tampoco conocíamos ni de nombre a los grupos favoritos de esos salvajes que tenían el tupé de presumir su desconocimiento de la discografía de The Clash. Es cierto, no éramos angelitos, pero "los otros" seguían exactamente la misma lógica.
Ahora, desde mi pseudo madurez duramente adquirida, no puedo comprender a mi yo adolescente. Quizás porque los amigos que me hice después jamás escucharon lo mismo que yo, o porque ya estoy vieja y anquilosada para esas cosas, el caso es que jamás volví a preguntarle a nadie "Che, y a vos, ¿qué te gusta escuchar?". No me interesa, prefiero que me sorprendan con nuevas cosas para incorporar a mi muy heterogénea lista de reproducción.

*Recuerdo a una amiga insinuar, ante la ignorancia musical de la que se veía rodeada, que debería haber colegios para punks, para emos, para rollingas...

30.5.12

Verdades indudables XXVII

Todos queremos mimos.

23.5.12

Perlitas (edición Feria del Libro)

Estaba Florci en la feria del libro, paseando muy contenta, hasta que llega al stand de La Nación. En ese momento, Florci recuerda que una de sus pocas docentes que realmente merecen ese apelativo ha publicado un libro en la colección Ciencia que Ladra, colección cuya edición barata distribuye el citado diario. Florci se acerca a revolver entre las mesas y después de mucho afán lo encuentra. Triunfante, se dirige hacia la caja, donde entabla el siguiente diálogo. Escuchemos.

Cajera Con Muchas Tetas Y Pocas Luces (CCMTYPL): Ah, mirá lo que te llevás (o similar). Está saliendo un montón la colección esa. Está muy buena.
Florci (cordialmente): Sí, es que realmente es accesible. Fácil de leer.
CCMTYPL: Sí, y además está muy buena.

Florci menea la cabeza, paga, se va, y se pregunta: "¡¿Pero qué carajo?!". O en su versión anglosajona: "What the fuck??"

16.5.12

Por qué

Da lo mismo tu nivel educativo y tu encumbrada posición en la sociedad científica, a nivel nacional e internacional. No es importante lo muy experto que sos en tu área. A nadie le interesa cuántos papers publicaste en Science, ni a las órdenes de qué renombrado genio de la química tuviste la suerte de trabajar. Estás enfrente mío, parado frente a cuatro pizarrones verdes y con la tiza en la mano. En ese momento, el resto de tu vida deja de existir, y pasás a ser docente.
Puede que te cause un cierto resquemor que te defina de esa manera, tal vez hasta te dé náuseas que mis palabras te pongan al mismo nivel de los que trabajan en un colegio primario y escriben con faltas de ortografía (sí, desgraciadamente existen). Claro, porque después de seis años de licenciatura, seis de doctorado, y otros tantos de posdoctorado en una universidad prestigiosa del exterior, ya no sos como los demás mortales. Como esas pequeñas almas ignorantes que tenés enfrente, listas para absorber lo que vos tengas para dar.
Si de verdad pensás de esa manera, es porque sos docente mío en la facultad. A vos te dedico esta reflexión. Te desprecio, y es visceral lo que siento. Porque con toda tu experiencia, te olvidaste de lo que es estar del otro lado, sin todo ese caudal de conocimiento que ahora tenés. Hubo un momento en que esperaste ávidamente que alguien te lo brindara, ¿por qué negarle a tus alumnos la misma oportunidad?
Porque de tanto tiempo que pasaste sin superar desafíos académicos, te olvidaste de lo que siente un crío frente a un parcial. Sí, tenemos que demostrar lo que sabemos, pero, realmente, ¿hace falta que, además, tengamos que interpretar tu enrevesada redacción de niño de tercer grado, carente de coherencia, cohesión y estructura gramatical?
Porque te olvidaste que la utilidad de ir a escuchar una clase radica en que puedas despegarte de los libros, ¿para qué voy a ir, si vas a contarme lo mismo que aparece en el libro, punto por punto (capítulo tres, apartado cinco, párrafo dos)? Para eso me quedo en mi casa, en piyama y pantuflas, releyendo El señor de los anillos por enésima vez. Me aprovecha más.
Porque considerás que aplicar las "nuevas tecnologías" es copiar un par de detalles que figuran en el libro en unas diapositivas, y dar un pseudo intento de clase con eso. Porque, además, cuando se te da por despegarte de los libros, hacés comentarios irrelevantes. Porque jamás respondés una duda con claridad. Porque estuviste tantos años mirándote el ombligo, que de verdad creés que tus clases son la única vía a la aprobación.
A vos, omnisciente, omnipresente y omnisapiente profesor, a vos te digo: no tengo renombre, y probablemente nunca llegue a ser una celebridad en el mundillo de la química como vos. Pero mi tiempo vale lo mismo que el  tuyo. Por favor, hacé un uso responsable de él. No quiero tener que leer todo yo solita, me gusta la situación de clase, pero realmente no me dejás otro camino. Y esto te lo digo porque me duele en el alma volver a mi casa en el tren pensando por qué tengo que lidiar con tanta desidia de tu parte, por qué la dicotomía "buen científico-buen docente" tiene que ser necesariamente una dicotomía, por qué estoy aguantando tu indolencia. Por suerte para mí, todavía encuentro respuestas a la última pregunta. Pero se me están acabando. Realmente, estás logrando destruir todo mi gusto por la química hasta reducirlo a polvo. Felicitaciones, hijo de puta.

1.5.12

Hachepé

Había una vez una impresora multifunción, que vivía muy feliz en un estante arriba de mi computadora. Mi impresora (porque de ella se trata) estaba adornada por las más bellas y loables virtudes: amable, puntual, trabajadora, siempre dispuesta a cumplir con mis más nimios caprichos a cambio de su ración quincenal de tinta original.
Nuestra relación se vio inalterada por años, correteando por el verde prado del mutuo aprecio y entendimiento. Hasta que un día, él llegó. El lobo feroz, el hechicero malvado, el maligno espíritu, la definición de malevolencia encarnada en la persona de mi madre quien, cegada por los brillantes espejuelos de los ardides publicitarios, tomó la decisión que precipitaría el final.
Mi impresora y yo éramos inseparables. Hasta ese malhadado día que, bajo los influjos de quién sabe qué encantamiento, la conduje al cadalso. En esa caja, en el colectivo, yendo a que le colocaran el sistema de tinta continuo, estoy segura de que intentó advertirme, o quizás despedirse de mí. Nunca podré ya saberlo. Cuando volvió, una parte de ella habìa muerto. Sus contactos ya no respondían de la misma manera, sus impresiones ya no eran tan claras y diáfanas como el sol de mediodía. Sangre negra brotaba de sus entrañas, dejando un reguero en el estante y tiñendo mis manos, que afanosamente intentaban contener el desastre, armadas con paños y alcohol. El sistema de tinta continuo fue demasiado para mi pobre multifunción.
Cuando evidentemente todos mis esfuerzos fueron vanos, agaché la cabeza e hice un minuto de silencio, recordando tiempos mejores. El forense dictaminó muerte por inundación de cartuchos, con posterior cortocircuito en contactos. Arrastrando mi dolor, agarré una bolsita plástica de supermercado, me encaminé con paso cansino hacia el contenedor de residuos electrónicos, le di mi último pésame y la arrojé al foso.

26.4.12

Cuca

Hace un (largo) tiempo escuché la confesión de soledad más demoledora que puede existir.

"A mí me dan muchísimo asco las cucarachas, pero como no tengo a nadie que me las mate, lo tengo que hacer yo."

A mí también me resultan repulsivas. Después de escucharla, lo único que le pido a la vida es que siempre me conceda a alguien que mate las cucarachas por mí. Y un abrazo para esta pobre mujer.

15.3.12

Lo que el FBI no quería que trascendiese

Damas y caballeros, su atención por favor.
Gracias.
Por razones en las que no vamos a abundar en este pasquín, últimamente me he visto en el trance de cocinar con mayor frecuencia. Los que me conocen sabrán (y los que no, se enterarán) que la cebolla es uno de mis ingredientes preferidos. En general, suelo ser imparcial con los componentes de mis menjunjes, sin mostrar favoritismos ni tener actitudes hacia ellos que hagan que después se enojen (los componentes) y la comida salga fea. Yo cuido las formas, ¿vieron? Y la armonía reina en mis platos y en mi vida. O por lo menos lo intento, con mayor o menor éxito. Depende de la inspiración del momento, del humor de la cocinera, de las condiciones climatológicas... Ehm, no, esto ya es una digresión grande como una casa. Una casa grande, claro está.
En fin, como venía diciendo antes de subirme a una palmera, metafóricamente hablando por supuesto, estoy sentada en el piso de mi habitación y aquí seguiré hasta el final de la presente entrega de este útil folleto informativo, como decía, he descubierto una nueva y revolucionaria fórmula para dejar de llorar cuando picamos cebolla. Esta consiste, muy simplemente, en cortar en mitades dicho vegetal, lavarlo con firmeza bajo el impiadoso chorro de agua fría de la canilla de la cocina, y picarla rápido. Rogarle a cualquier ente superior para que este truco funcione nunca está de más. No es infalible, pero ayuda a vivir. Y a mí me funcionó.
Me despido de ustedes, amable audiencia. Hasta la próxima entrega.

Comentario al margen de índole netamente intelectualoide: lo que nos hace llorar de la cebolla es el bebé de la foto. Cuando sea más inteligente (traigan una silla y pónganse cómodos, o mejor un diván, porque viene para largo), les voy a contar por qué. Ahora no lo sé.
Comentario al margen (2): Googleando a ver si encontraba qué pasaba, por curiosidad, me enteré que esto ya está circulando por toda la Internés. La plana mayor de Corre Florci Inc. les promete un mejor post la próxima vez.

29.2.12

To the people who spam

Dear Sir or Madam,

My name is Florci, and I am the human in charge of this webpage. I am writing to complain about the comments you left on certain entries, which I personally find irrelevant and out of subject.
I do read the remarks other readers make about every post, though I rarely answer them; and I am aware of the fact that some people just drop by, read something and leave quietly, either because they are not interested, or they just do not feel like saying anything about it. But regarding your observations, I cannot quite figure out what their aim is. Seriously, have you actually read the entry before writing nonsense about it?
Remember, there is no pride in spamming.

    Yours faithfully
Florci

Realmente, carajo. ¿A quién le importa que estuviste acá? Si querés decir algo, decilo. Si te sentís con ganas de sugerir alguna cosa, sé libre para expresarlo. Si no querés decir nada, quedate callado. Acá respetamos a todos, y no vamos a andar jugando a los trolls por el ciberespacio. Pero de ahí a decir que un post de una sola línea, con una fotito, es un "informative article", creo que hay un terrible salto. Dale, así, entre amigos, no tiene sentido que llenes espacios ajenos con tus comentarios irrelevantes. Y si no tenés un programita que comenta automáticamente, y encima te tomás el trabajo de escribir esas cosas poco importantes una y mil veces en los mil y un blogs que visitás, realmente, estás al oven.

25.2.12

My (chaperone) Sharona

Estaba uno de esos días de felicidad primaveral, disfrutando de la soledad de mi hogar, con la música al mango y haciendo air guitar, como es mi costumbre, cuando me topé con esto. Inmediatamente me dije "al blog sin escalas".


Muchachos, respeto su creatividad y sus agallas para versionar una canción tan sensual y potente a la vez, pero les comento, así, entre nos: en la original, es una adolescente la que le incendia el universo al cantante, no su acompañante-cuidadora, como ustedes proponen. Creatividad, sí, pero fidelidad.

El original, acá. Y una bonita anécdota relativa a la canción, acá.

Never gonna stop, give it up. Such a dirty mind.
Always get it up for the touch 
of the younger kind

22.2.12

Y sí

En algún momento era obvio que íbamos a subir algo nerd, así que no pongan esa cara de sorprendidos, cierren esas bocas y denle play al video de más abajo


Y además estoy contenta. 

13.2.12

Fue primicia

Diálogo entre Florci y Fémina Fanática de TV Basura (léase programas de entretenimiento barato donde rige la igualdad "contenido = culo", y diversos programas parásitos de los mismos, así como también oyente de éxitos efímeros disponibles en canales de cable de música latina. Abréviese FFTVB).

FFTVB (escuchando la canción "I will always love you", que sonaba en la tele) : ¡Qué buen tema! (o expresión similar)
F: Sí, sí, un temazo. Lástima que se murió.
FFTVB: ¿Quién se murió?
F: Whitney Houston
FFTVB: (enfáticamente) ¿Y a ésa quien la conoce?

(Florci hace mutis por el foro)

10.2.12

De por qué este blog cada vez está más pedorro, y propósito de enmienda

Mi madre solía decirme, en esos mis momentos de depresión por el mundo en general y por ciertas personas en particular, que me tranquilizara, que la vida se iba a encargar, que en algún momento iba a saber apreciar mi estoicismo. A esa altura del partido, me reía para no llorar, porque sentía que estaba quemando los últimos cartuchos, mientras pensaba que esa sensación de justicia que a otros parecía llegarles muy fácilmente (y sobre todo, muy rápido) nunca iba a ser para mí.
Ahora, luego de enterarme de que los imbéciles que hicieron mi secundario imposible han fracasado uno tras otro en sus vidas, quedando como esponjas sin seso en un limbo de adolescencia ya perdida; que la inocente niña que se dedicó a pegarme y robarme mis juguetes cuando yo era una aún más inocente niña, está a un paso del neuropsiquiátrico; que la pendeja (porque el apelativo de mujer le queda grande) que quiso meter púa entre mis seres queridos, diciendo estupideces sobre lo que yo hacía o dejaba de hacer, se estrella cada vez que lo intenta... Me siento Atila, para qué negarlo. Y como calculo que él no andaba mariconeando por la vida, siento que yo tampoco debería hacerlo. Y como mariconear y quejarse es la quintaesencia de este espacio en la red, últimamente me estuve llamando a silencio, para que Atila no se enoje.
Pero como me encanta quejarme, voy a destinar algunos momentos del día a hacerlo. Y a publicar mis quejas, a ver si allí afuera hay alguien que se ría de mí.